Desconocid@s

La vida es una mierda, porque lo es, y quien diga lo contrario miente o se engaña a sí mismo; es cuestión de tiempo que comparta mi afirmación. Quizás debería decir que la sociedad es una mierda, que también, pero en realidad sólo somos nosotros, las personas, los que no hacemos más que complicarnos la existencia. ¿Por qué todo es tan difícil, cuando podría ser mucho más sencillo?

Es tarde, muy tarde, como de costumbre últimamente. Me cansé de repasar y modificar versos y empecé a navegar entre los diferentes blogs. Por casualidad o inercia llegué al blog ‘Sigrid de los bosques’ y leí su último post: ‘Sobre mí’. No tengo palabras. No tengo palabras porque ella las dijo todas; es, posiblemente, el post más sincero y humano que recuerdo haber leído en un blog.

No la conozco, ni siquiera sé su verdadero nombre. Es de Madrid, y sólo por eso estoy seguro de que debe ser una gran persona, pero aunque no tengo ni idea de lo que le ha ocurrido exactamente, más allá de aquello que ha escrito y puedo leer, imagino que ha debido ser difícil para ella. Al terminar la lectura me he sentido impotente, cabreado con la vida, con lo injusta que puede resultar a veces.

Enseguida le escribí un comentario, eso que se hace entre ‘bloggers’, bueno… a veces. Es muy curioso; me detengo un segundo. ¿Cómo es capaz una persona de esperar que le escriban comentarios cuando, a pesar de recibirlos, jamás se preocupa en ponerlos? A veces sobra egoísmo, falta compañerismo y sensibilidad…Sigo.

Lo que decía, le escribí un comentario porque me apetecía y creí conveniente hacerlo. Al terminar y leerlo, me di cuenta que estaba escribiendo a una auténtica desconocida, alguien por quien no sentía absolutamente nada, ni siquiera amistad, tan sólo una relativa afinidad a la música de Ismael Serrano, en todo caso. Quizás, seguro, muchas cosas más, pero no deja de ser una persona completamente desconocida para mí.

Ahí está la cuestión. Hoy en día la gente prácticamente no se preocupa ni de sus seres queridos, su familia, sus amistades, sus amores ni desamores. Es difícil conectar con alguien, y mucho más mantener esa relación cuando surge, del tipo que sea. Sin embargo, por suerte, todavía hay momentos en los que uno puede, de alguna forma, llegar a preocuparse –de algún modo- por los problemas ajenos a pesar de ser un desconocido, y tener ese detalle y sensibilidad a dar un apoyo, aunque sea con un simple comentario, para que una persona de este maldito mundo pueda tener un despertar feliz, un amanecer más próximo a la esperanza y la alegría de saber que nada, nunca, jamás, está ni debe darse por perdido :)

Por eso quiero pediros, queridos conocid@s y desconocid@s míos, con todo el cariño del mundo, que os paséis por su blog, leáis su post y si os sale del corazón, le dejéis un comentario; se lo merece, y a buen seguro que lo necesita, y sabrá agradecéroslo.

http://sigriddelosbosques.blogspot.com/

Azabache

Y qué hacer. Qué hacer cuando el olvido se te queda prendido entre las uñas(Rodolfo Serrano)

Ha terminado el primer debate entre Zapatero y Rajoy. Leo los primeros titulares de los periódicos digitales. No puedo evitar reírme… qué diferentes son tantas personas a pesar de ver lo mismo. Nunca había tenido tan claro a quién votar, y a quién no hacerlo.

Ya tengo destinos y fechas localizadas, aunque aún no compré los billetes. Esperaré a hoy o mañana a ver si se concretan un par de planes pendientes con otras personas.

El 2008 empezó tarde pero transcurre muy deprisa. Ahora que el mes de marzo está a punto de tocar a la puerta, es hora de retomar los planes olvidados y ponerse en marcha, antes de que alguien termine robándome el mes de abril.

Por último, una sorpresa descomunal: Cristina. Todavía me estoy riendo con su e-mail, al mismo tiempo que me ruborizo… ¡yo! Ojalá todas las mujeres fueran capaces de querer decir lo que piensan, lo que sienten, sin complejos. Últimamente no dejan de sorprenderme; algunas de forma muy negativa, otras por el contrario muy positivamente. Una suerte, la mía.

Dos notas musicales: Hoy sale a la venta el nuevo disco de Estopa., y comienza la cuenta atrás para el concierto de Rosana: 10 días.

Os dejo una canción que hacía tiempo que no escuchaba, la encontré el otro día y es para mi amiga más transparente. Siempre hay alguien que se acuerde de ti, y de tus sms multiplicados por mil ;)


Febrero

Estos días de luna llena, fantasmas y lobas heridas, acabaron con el último fin de semana de febrero que no podía ser de otro modo sino de contrastes. Hoy fue un gran domingo de lluvia; ocho horas non-stop de verduritas, té, pizza e inmejorable compañía, conversación y persona. Por fin, además, hemos visto ‘No es país para viejos’, justo antes de la gala de los Oscar’s cuya estatuilla ha ganado Bardem, totalmente merecida.

Pasan los meses y los versos van terminando de encajar en ese puzzle que muy pronto tomará forma de libro. Ya queda menos.

También vuelve del olvido una bonita sonrisa del norte, llega una promesa del Este, y continúan las gratas sorpresas, las señales, casualidades, o caprichos del destino.

Mañana por la noche Ryanair pone a la venta billetes a 0,01 € con tasas incluidas. Si tengo suerte y llego a tiempo, compraré seis o siete viajes para el próximo trimestre.

Es hora de dormir. Hoy no hay canción. No existe canción para días como éste… tendré que escribirla yo.

He aprendido a no arrepentirme de mis decisiones, y como en este caso tengo más a ganar que perder, cambio fin de semana por cuatro versos de Neruda, y una bonita canción.


Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Versos extraídos de ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ de Pablo Neruda


Peggy

A veces pienso que las personas sencillamente somos tontas. Parece mentira todo lo que se puede llegar a hacer para encontrar el cariño y el afecto de los demás. Todas las trabas y complicaciones que existen de por medio, ese manual no escrito sobre el comportamiento, la educación y las buenas maneras. Y, por supuesto, la posibilidad de equivocarse, y saber utilizar el perdón en lugar del rencor. Hay gente, además, que da lecciones de moral con más rencor.

Un día le dije a alguien que no importa cuantas cosas buenas puedas hacer en la vida por una persona, pues bastará con una o dos cosas que hagas mal para ser juzgado y condenado. La vida no es, sino, un baile de disfraces de gente muy diversa que interpreta su papel, pero cuando se quitan las caretas, ¡ay! cuando se quitan las caretas… pocas personas te sorprenden. Eso sí, cuando se encuentra a alguna de esas pocas personas, no importa cómo de grandes son las decepciones; siempre valdrá la pena.

Un día que llego triste a casa, me dejo caer con mis preguntas y sus respuestas vacías sobre el sofá, y entonces llega Peggy con su alegría, con su ignorancia sobre la raza humana, y moviendo la cola se sube encima mío para abrazarme e inundarme de besos.

Ése es el comportamiento habitual en ella, pero cuando algún día llego triste, además, se percata y se queda quieta durante un instante y me mira, sólo me mira. Y como si supiera lo que estoy pensando, de repente vuelve a darme más besos, como tratando de decirme lo que está pensando ella; que las personas somos tontas y que, por mucho que haga uno, nunca cambian.

Sin duda, no hay compañía más leal que la de un perro. Y pensar que hay gente que los abandona…

Reggaeton

Después de una semana complicada, cuanto menos rara.

Después de una exposición de lo más curiosa, interesante, propicia al debate.

Después de una buena pizza rodeado de ensaladas.

Después de dos cervezas y ganar al billar todas las partidas, menos una (y otra).

Después de casi dejar plantado a un amigo que llegaba tarde, y tomar la última con él.

Después de medía hora después, vernos dentro de una discoteca donde nadie peinaba canas.

Eso de hacerse mayor debe ser cuando uno decide irse a casa, a las tres de la madrugada… justo cuando una chica con un piercing debajo del ojo te corta el paso y se pone a bailar reggaeton contigo. Y entonces abres los ojos.

“Después de la tormenta siempre llega la calma”, cantaba Alejandro Sanz…

Ahora que llegan buenas noticias desde Córdoba y Madrid, que pasan los días y uno empieza a aprender cosas que incluso creía ya aprendidas, es tiempo de contar hasta diez y dejar atrás todo lo malo, lo negativo, y no arrepentirse de nada, ni de sus consecuencias. Es una suerte poder contar con tantas manos a mi alrededor, generosas en llamadas, palabras y abrazos.

Hoy creo haber encontrado a esa compañera de viajes que tanto buscaba en verano, hasta que aprendí a viajar solo. Cuando la conocí hace unas semanas le dije que se parece a Mayra Gómez Kemp, incluso el pasado fin de semana le dije, por los pelos que traía, que se parecía (en broma) a la Bruja Avería. La he visto tropezar con el bordillo de la acera y caerse con estilo, y hoy mismo tropezar con una alfombra y abrir una puerta al revés. Es un encanto de mujer, porque da igual lo que ella diga, sienta, piense o haga; siempre tendrá una sonrisa y buen rollo que contagiarte.

Hoy me toca agradecerle a Esther esta tarde que nos pasó volando, y la oportunidad de haberla podido conocer mejor. Para ti estas dos canciones :)





Mano a mano

Un día, una noche con muchas novedades, cómo sino, en ésta época de mi vida.

No he escrito la columna política-social de esta semana, ni tampoco la deportiva. Al carajo con cada una de ellas. Lo siento, había cosas más importantes. Tenía que reír junto a Tanit y Gemma, y oye, a día de hoy, para mí eso es más importante. Quizás ellas no sepan ni siquiera ella cuánto lo agradezco, mediante piedra a través, o sin necesidad de ella… oye, genial. ¡Un besazo enorme a las dos!

No he vivido todas y cada una de las emociones que esperaba sentir en esta semana, ni tampoco las que creía, de forma improvisada, iban a aparecer. No voy a hablar de Ana, ni de Magda, ni de Judith. Bueno, de ésta sí, en parte por petición propia. En los últimos posts hablaba de los ases de mi baraja, y ella era el cuarto, el último, el primero. No puse su nombre, y le ha sentado mal, cuando en otro momento sí lo hice, y le sentó peor (oye, parecía la Belén Esteban escupiendo sapos y culebras, amenazas), así que voy a complacerla… o putearla, no sé, a menos que un juez me diga, aquí queda mi pensamiento, mi vida, al fin y al cabo, ¿no? Éste es mi espacio, ésta es mi vida… yo lo cuento, no cobro, ¿te jode? Es tú problema.

Y mi buena amiga, que hace tan poco que la conozco pero ya es casi como una hermana mayor, va dando las gracias por la calle, piedra en mano, siguiendo el consejo de Jenny Moix, la chica que nos ofreció una grandísima conferencia sobre la felicidad, el otro día. Cuántas reflexiones nos produjo, cuántas preguntas y respuestas… Aún me río de algunas situaciones, ella sabe cuáles, pues además sé que me lee y ahora estará riéndose… (¿has visto? Otra gente está llorando, o cabreada… que inútiles..).

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(Este espacio esta promocionado por mí mismo, por el Pipiolo (C/Balmes, creo, nº 113), por el simple hecho de haber conocido a dos mujeres en concreto; una, la rubia que salió a cantar ‘Peor para el sol’ (gran canción y lo hizo genial, al más puro estilo de ¿Luz Casal?), y después por la ¿novia? de la chica que medía 1.95 como poco, y oye, era preciosa –la bajita-. La mujer de mi vida. Aunque claro, Sonia, la camarera, también era la mujer de mi vida… pero tenía piercings, tatuajes, y seguro que además fuma. En fin… (Por cierto, era un jueves de San Valentín.. por si esto llega, nunca se sabe, a saber cuándo…)

FIN DE LA PUBLICIDAD

Para la gente que lee este blog, de forma habitual o esporádica (saludos Dani, ahora que sé que me lees, aunque oye, no te conozco, pero te compadezco, y no malinterpretes nada, de corazón te lo digo), quería dedicaros una frase de Judith, ahora sí, la menciono sin problemas, por una de sus frases, de sus perlas que callo y guardo:

“Y por último, genial el detalle tuyo de tener cojones para publicar todos los trapos sucios por tu blog y no tener cojones para añadirme como cuarto as de la baraja. Perdona pero me siento un poco estafada: ¿las cosas malas son dignas de publicarse y las cosas buenas, no? A mi ya me has visto suficiente en tu baraja”.

Esto es un párrafo (o parágrafo) que me escribió Judith en un e-mail privado (que repito, si un juez me prohíbe exhibir (por cierto, aquí no se mencionan apellidos; Judith’s hay muchas en el mundo, en España, en incluso en Cataluña), lo borraré y oye, si hay que pagarle cuatro cañas, se las pago. En él me demuestra su total ineptitud, sobre mí, pobre, sobre ella misma. No entraré ahí. Eso sí, me ofende y quiero comentar, que por una parte me parece despreciable que una persona califique como ‘cosas malas’ algo que era una especie de, por Dios, valga mi inocencia y sentido del ridículo, declaración de amor. Sí, oiga, esta chica me gustaba –y sé que yo a ella también-, pero jamás lo confesará, ni me importa… y ahora, por suerte, ¡me alegro!.

Como digo, Judith se convirtió en muchas cosas, más malas que buenas, y que ahora no vale la pena comentar, para qué. ¿Qué se puede decir de una chica que, cuando ha dejado a su ex, te lo deja MUY claro de antemano, queda contigo tres o cuatro veces, incluso de madrugada, te propone paseos en la playa por la noche, después se empecina en que a ti te gusta otra chica (en plan celosa, con opinión contrastada por otras personas) y que te acaba confesando que lo hace en plan melosa para llamar tu atención? Uf! Pasopalabra… ¿Malos entendidos? O soy muy tonto, que cabe dicha posibilidad… o me mejor me callo :)

En fin, Judith, guapa, escucha, sobre todo, el final. Por cierto, ¿sabes que las agresiones físicas, basadas en tus amenazas (escritas y documentadas), son delito? Te recomiendo una tila, contar hasta diez, y relajarte. O un abogado, llegado el caso :D

Es una pena terminar así, pero hoy pongo punto y final a una historia que venia escribiendo hace días, de forma ‘encubierta’, que ella sabía bien… pero claro, hay cosas y momentos que sólo sabemos los dos (repito, no nos hemos enrollado; no hemos follado, vamos a hablar claro, que luego hay malos entendidos) Y oye, hasta aquí puedo leer… porque lo demás son teorías, cábalas de espuma… gente equivocada, seguro, según ella. Pero claro, lástima de ella, de mí, saber que a ambos nos importaba bien poco el sexo, que había cosas más importantes… lástima, como digo, no saber entendernos.

PD: Me gustaría aclarar que Judith, como tal, fue el primer amor de mi vida. Era rubia, de ojos azules, y aún conservo sus fotografías, de entonces, niña pálida e inocente. Ya se sabe, oiga, que las mujeres cambian constantemente de físico… por si acaso, pudiera ser, no se tratase de la misma persona. Y de no serlo, como me han preguntado 32 personas, exactamente, ¿qué más da? Veremos, hasta donde llega la libertad de expresión.

Buenas noches, buenos días… buenas tardes.

Una canción, para recordar... para olvidar:

Hoy me he levantado pronto, alegre y con una sonrisa. He salido a la calle con uno de mis sombreros, he tomado un buen café en un bar nuevo para mí y me ha sonreído la camarera.

Acaba de empezar el día y quiero compartir con vosotros un poema y una canción.

El poema es de Rodolfo Serrano, incluido en su libro de poesía ‘Especial para cócteles’, que se puede comprar a muy buen precio en: www.exlibrisediciones.com

La canción es de Pedro Guerra, ‘Quisiera saber’ el primer single de su último disco ‘Vidas’, un gran disco.


Aquellos viejos días


Cuando cuentas
tu infancia de muchacha
delgadita y morena,
y esa adolescencia
de los ojos abiertos,
de las calles exploradas
y te veo
silenciosa y perdida
dulcecita y cerrada
entre tu corazón
y entre tus miedos.

Cuando me hablas
de los años difusos,
del silencio
y la angustia,
y de tu paz de entonces
y de tu fortaleza,
de lo feúcha que eras,
de la muerte que un día
te revolvió las sábanas
y la vida por siempre.

Cuando hablas, de noche,
a mi lado, despacio,
y te escucho
y te siento
respirar
y te noto
el dolor todavía
como un dulce mordisco.

Entonces te quisiera
como un pájaro herido
en el hueco caliente
de mi mano. Y besarte
suavemente las plumas.
Y noto la ternura
correrme por las venas…

Entonces
me derramo en tu pecho
como un vaso de aceite.


Hay cosas en la vida, y personas, que parecen ser del todo incompatibles. Por ejemplo, que un argentino pueda ser vegetariano. Los habrá, seguro, pero se me hace tan raro imaginarlo como pensar que también haya italianos a los que no les guste la pasta o la pizza. Es raro, como verme a mí comiendo una ensalada con cuchillo dentro de un restaurante vegetariano, gestionado además por argentinos. Eso, más que raro, era casi imposible, pero hoy pasó.

Esta mañana cuando me desperté tenía una llamada perdida de ella, la chica que desapareció la semana pasada, y fuimos a comer a traición (risas) a un restaurante vegetariano muy interesante. Nos pusimos al día de nuestras cosas y de repente, con la mirada triste, hizo una gran observación que nos llevó al mismo tema de conversación de siempre: “¿Te has fijado? Todas las mesas están llenas de gente comiendo sola”.

El cuadro era interesante. Un hombre estaba comiendo y enfrente suyo, en la otra mesa, había otra mujer comiendo sola. Detrás, más de lo mismo. No parecían comer solos por casualidad, pero eso nunca lo sabremos. Menos una pareja y nosotros, nadie hablaba. Todo vino a propósito de la conversación sobre la forma que tiene la gente de relacionarse hoy en día. El sábado estuve en una cena con unos amigos y, al mirar al fondo de la mesa había tres personas, una al lado de la otra, que toqueteaban las teclas de su teléfono móvil, con la mirada fija en la pantalla. En fin…

Lo importante es que por fin he empezado bien un lunes, después de un mes. Siempre me han gustado los lunes. Cuando terminamos de comer nos fuimos a tomar un café y luego otro, y pegarnos ese chute de cafeína que ambos necesitábamos, por motivos bien distintos… por suerte para los dos.

He tenido mucha suerte de poder conocer a esta chica. Como también tuve suerte de conocer a Gemma y Meri, por estricto orden de cómo han ido desarrollándose las situaciones. Lo cierto es que me asusta ver lo difícil que es conseguir una buena amistad y cómo de fácil puede llegar a perderse a veces.

Hay una canción de Tontxu que se llama ‘Con un canto en los dientes’. No la he encontrado en Youtube, pero os dejo una dirección donde podréis leer la letra. Me gustaría poder cantarla algún día en un karaoke y dedicársela a Gemma, Meri, y Tanit, pero va a ser difícil porque nunca hay canciones suyas para elegir. Ahora os la mandaré por e-mail para que podáis escucharla.

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-con-un-canto-en-los-dientes-bajar-44778/disco-con-un-canto-en-los-dientes/tontxu-con-un-canto-en-los-dientes.html

Gracias por dos tardes fantásticas y una llamada de teléfono oportuna cuando más lo necesitaba. Gracias por el interés, también, a otras personas que también me caen genial y, por cierto, creo que a algunos les debo una copa; Yolanda, Esther, Jèsica, Marc…

Cambiando de tercio, un par de canciones que llevo escuchando mucho últimamente. La de Quique González, porque es maravillosa, y la de Manuel Quijano porque no dejo de verla en el 40latino cada vez que pongo el canal, y ya tengo grabado la melodía y el estribillo en mi memoria.



Ojalá

Una gran canción de Silvio Rodríguez para cerrar heridas:

Y sobre la ciudad

Hoy he recibido el aviso de Correos para ir a buscar el libro de poesía que encargué de Rodolfo Serrano: ‘Especial para cócteles’. Ya tengo ganas de empezar a leerlo, aunque se me acumulan los libros pendientes y el tiempo libre, que es tanto, escasea.

Llevo unas cuantas semanas empapándome de poetas, y me gusta especialmente Luis Garcia Montero. Hoy quiero compartir con vosotros un poema suyo, ‘Y sobre la ciudad’

[b][SIZE=7]Y sobre la ciudad[/SIZE][/b]


Levántate,
gobierna tus caderas, comienza el día
pon una decisión
donde arriesgar tu nombre.

Después
hace falta decir que cambiaste la escena,
que has vencido también
la inocente sonrisa del espejo
y que prefieres hoy
la nueva brujería de los escaparates.
¡Levántate! Tienes
partido el cuerpo como un siglo.

Gobierna tus caderas. Son
las fuerzas inmensas del desorden,
las que habitan el ojo
apagado de los puentes, el pliegue
final de las esquinas, las calles
que han sabido de nuestra soledad,
las pequeñas tabernas
o plazas,
camaradas
callados para el amanecer,
allí donde dejaste
tu resaca y los ojos
en las aguas heladas de sus fuentes,
donde el musgo y el miedo
nos delatan la edad de la ciudad en que vives.

Despierta: haz ese gesto
del que vence las sábanas y el tiempo.
Pierde por fin
tu nombre y su mentira,
y sobre la ciudad
(esa magia cerrada,
ese refugio último)
reinen también ahora
las fuerzas del desorden
y tu morbosidad.

Agua

Se llama como una antigua pareja que tuve y por ello prefiero evitar mencionar su nombre, para que este texto no vaya dedicado a la persona equivocada. También comparte el nombre con otra persona del grupo donde la conocí, que también me cae muy bien por cierto, así que voy a llamarla, por ejemplo, Agua. Por ser tan transparente :)

Es una de mis lectoras más fieles, pues si bien no comenta a través de la página, me lee cada día y me cuenta en persona cuando nos vemos. Hoy, inocente ella, me dio las gracias cuando soy yo el que debe dárselas.

Me llamó preocupada por teléfono esta mañana después de leer mi último escrito, acerca de una despedida, y preguntándome si me encontraba bien. Le expliqué que no ocurría nada, que era un post dedicado a una persona en concreto y que estaba genial. Se quedo más aliviada, comentamos alguno de los momentos del fin de semana pasado y quedamos en vernos mañana y seguir hablando.

Fue entonces cuando me daba las gracias por mi paciencia (sabida por todo el que me conoce, y yo mismo, que no es precisamente una de mis virtudes), a la hora de organizar cosas, animar y tratar a la gente, y esa confianza y buen rollo que tenemos sin apenas conocernos. ¿Qué debo decir yo a alguien que, nada más conocerme, se ofreció para ayudarme con un problema personal relacionado con su trabajo? Si la siguiente vez que nos vimos, no sólo se acordaba de la conversación sino que además me trajo algo que debía solucionar parte de ese problema. Y sí, después de vernos algunas veces más, hemos compartido las risas del Pipiolo, los aperitivos de Sant Antoni y las tardes-noches de domingo, ¿cómo le puedo dar las gracias, además, por el detalle de hoy?

Pues así, escribiéndole un texto dedicado, que sé que le gustará y no se espera, y por supuesto acompañado con una canción de Aute, que le encanta (el próximo concierto no nos lo podemos perder). La canción se llama ‘Me va la vida en ello’ y es una de mis favoritas.



Para acabar, quiero dejaros otra canción: que se llama ‘De aquellos años verdes’, de Javier Bergia. La escuché por primera vez en directo en el concierto de Ismael Serrano el pasado viernes, y es un cantautor para descubrir y tener en cuenta.

Brindemos que hoy es siempre todavía, que nunca me gustaron las despedidas” (Ismael Serrano)

Si bastase con algunas canciones, un poema, dos párrafos, para decirte que te echaré de menos…

Cuando despierte la luz del alba y vuelva a brillar el sol en nuestras ventanas, espero que entonces vuelvas a abrir la puerta que hoy has cerrado, dos veces. Quizás en primavera, cuando no llueva tanto… y quede pendiente en tu recuerdo el paseo que por la playa que un día planeaste.

Un abrazo.

Cábalas de espuma

“Seguiré cerrando bares y recuerdos. No aprenderé nunca a retirarme a tiempo”. (Ismael Serrano)

Supongo que es verdad que no significas mucho, cuando para escribir cuatro párrafos he invertido, que no perdido, toda una hora. Ya ves…

Cuando me asalta un mensaje en medio de la noche, mientras otros secan el sudor frío de las copas, y recupero mi mejor sonrisa… aunque yo tampoco te entienda, a veces.

¿Sabes? Me gusta el silencio de tus labios, sobre todo cuando lo comparo con la espuma de cerveza de esos besos que se reparten al aire, y caducan diez minutos más tarde las urgencias de aquel que ya se había bajado los pantalones nada más llegar.

Quisiera una azotea en mi casa para escuchar el eco del silencio a las tres de la madrugada, y ver más allá de tu horizonte, de tu incredulidad.

Estaba leyendo a Luis García Montero y tropecé con estos versos:

Me pregunto por ti, por lo que ahora,
apoyada en el hombro me dirías
al contemplar el paso descuidado
de la gente en el parque, su dibujo
cuando el frío resbala por los troncos
enfermos de los árboles.

La noche más especial

Este post debería empezar diciendo algo así como ‘hace mucho, muchísimo tiempo que no lo pasaba tan bien’. Sin embargo, después de pensar en cuándo fue la última vez que viví una noche similar, no la recuerdo. No existe.

Recogí a Tanit en el centro y nos fuimos hasta Terrassa, ciudad a la que milagrosamente llegamos sin perdernos en ella, en ese caos que generan sus calles cuando uno circula en coche. Llegamos al auditorio y aparcamos enseguida, prácticamente al lado. En poco tiempo iba a dar comienzo el concierto de Ismael Serrano, pero lo mejor no era eso, sino que después iba a tener, por fin, la oportunidad de conocerle.

Por primera vez pude disfrutar totalmente de un concierto suyo. Ésta era la tercera vez que lo veía en directo Al primero fui solo, aunque como siempre luego conocí por ahí a alguien y surgieron nuevos planes. Al segundo fui con mi ex, y encima acreditado por prensa, con el deber de tomar notas y escribir una crítica después (que, por cierto, está colgada en la página de Ismael). Lo malo no fue eso, sino que a mi ex, que ya no le gustaba demasiado Sabina, y tuvo que aguantar su gira –y la mía tras él-, cuando vio y escuchó a Ismael en directo acabó por explotar, y entonces me tocó aguantar a mí sus sapos y culebras.

Ayer fue especial. Por primera vez compartí un concierto suyo con una inmejorable compañía, comentando entre aplausos algunos detalles, palabras, citas, cuentos, reflexiones. Porque ir a un concierto de Ismael Serrano es, además de escuchar sus canciones, también sus relatos, que invitan a reflexionar… algo de lo que a veces nos olvidamos.



Cuando terminó el concierto, que duró tres horas y cinco bises, Tanit y yo seguimos las instrucciones de la manager de Ismael y subimos al escenario a esperarlo en la parte de atrás. En ése momento es cuando llegaron los nervios, que compartimos con Flavia, una chica argentina que estaba, si cabe, más nerviosa que nosotros.

Cuando apareció Ismael a lo lejos y se dirigió hacía nosotros, se cumplió otro de mis pequeños sueños, el de estrechar la mano a la persona cuya música me ha hecho pasar tan buenos ratos, y sus letras me animaron en su momento a intentar dedicarme a esto de escribir. Lo tenía delante, lo saludé y por un momento, al igual que la de Tanit y Flavia, me vi como una de esas fans quinceañeras, muy emocionado.



Aproveché la ocasión para darle mi libro de poemas, en busca, ojalá, de su opinión y la de Rodolfo, al que le agradezco tantísimo sus gestiones ayer. Él me firmó su libro ‘Por los días que vendrán’, y nos hicimos unas fotos de recuerdo.

Quizás me lo pareció a mí, o tal vez sólo se trataba del cansancio, pero cuando tuve a Ismael tan cerca no me pareció el mismo que se ve sobre el escenario. El que yo tuve la oportunidad de conocer se mostró quizás igual de nervioso que nosotros, como aquel que empieza a firmar sus primeros autógrafos.

Hasta aquí ya había sido una gran noche, maravillosa. Pero no había hecho más que comenzar.

Al salir del concierto, a las doce de la noche y sin haber cenado aún, llamé a Judith, ése pequeño gran ángel del que ya he escrito antes, y los tres nos fuimos al Raval a comer unos Kebabs, comprar unas cervezas y subir a la azotea del edificio de Tanit, un lugar semioscuro y con unas bonitas vistas de Barcelona. Ahí pasamos dos horas de risas, anécdotas de viajes y chistes.

La noche más especial terminó pasadas las seis de la madrugada, tomando un café con Judith y el doble que vive en sus espejos, con más risas y la pena de saber que la mejor noche que recuerdo, rodeado de dos de las tres mejores personas que he conocido últimamente y el recuerdo de Ismael tatuado en la memoria, se escapaba.

Gracias a todos y cada uno de vosotros. No hay palabras suficientes para explicar lo feliz que fui ayer; antes, durante y después del concierto ;)

Os dejo un regalo, una del último disco de Ismael, con su correspondiente letra:





Disco: Sueños de un hombre despierto
Estreno: septiembre de 2007
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano

[URL=http://www.ismaelserrano.com/canciones/letras/amoresimposibles.htm]http://www.ismaelserrano.com/canciones/let...simposibles.htm[/URL]
Cuando caiga la tarde, lo verás salir
arrastrando de casa el calor del hogar.
Cortará alguna flor, besará a su mujer,
perseguirá la estela de un cometa fugaz.
Y en la calle lo verás abrir la flor de su secreto.
Y empezará a soñar.
Quizá vaya al billar a mirar hombres y posturitas 1.
Quizá invente una cita
con un Adonis para él.
Ningún hombre lo amó.
A nadie reveló su pasión y los juegos,
el deseo clandestino.
No hubo cartas de amor,
no hubo día del orgullo.
No le devolverán los veranos perdidos.
Y Cernuda lo ve suspirar, triste, desde el Parnaso.
San Sebastián asaetado reza por tus pecados,
llora por ti, no olvida
al que sufre en silencio
a su oveja perdida.
Miran al cielo y piden un deseo:
contigo la noche más bella.
Amores imposibles
que escriben en canciones
el trazo de una estrella.
Cartas que nunca se envían.
Botellas que brillan
en el mar del olvido.
Nunca dejes de buscarme
la excusa más cobarde
es culpar al destino,
es culpar al destino.
Cuando salga de clase, lo volverá a encontrar
en el lado salvaje, tras el humo del hash.
Él, dulce calavera. Él, corsario de barrio.
Ella, dulce muñeca. Ella, seria y formal.
Él no escucha el rumor de sus alas si pasa a su lado.
Pobre Blancanieves,
nuestro príncipe prefiere a la madrastra,
a la mala del cuento.
Él será la manzana
donde duerme el veneno.
Ella soñará un verso que él nunca escuchará.
Él no trepará sus trenzas una noche de invierno.
Ella soñará un viaje y no habrá despedidas.
Ni canciones de amor, ni Capuleto y Montesco.
Crecerán y en la espuma del tiempo
se deshacen sus sueños.
No quedará ni un recuerdo,
ni en la noche un lamento.
Quizá una leve herida
que lavará el olvido
o el agua de la clepsidra 2.
Miran al cielo y piden un deseo:
contigo la noche más bella.
Amores imposibles
que escriben en canciones
el trazo de una estrella.
Cartas que nunca se envían.
Botellas que brillan
en el mar del olvido.
Nunca dejes de buscarme
la excusa más cobarde
es culpar al destino,
es culpar al destino.
Caminando hacia el sur, tomando la autopista,
han abierto un garito, muy cerquita del pueblo,
donde huríes 3 desnudas venidas de cien mundos
celebran cada noche catorce de febrero.
Y en la aldea un hombre suspira si el neón se ilumina.
No tuvo Eva este Adán,
no hubo asiento de atrás,
ni caricias, ni cartas perfumadas,
no hubo cita en el parque.
No hubo chicas de Plan 4.
Cuando caiga la noche lo verás entrar
como cada domingo aseado y puntual.
La encontrará en la barra, como a un delfín varado
que ha perdido su estrella, que un día expulsó el mar.
Ella escucha y él, enamorado, desnuda sus miedos.
Entre el ruido, benjamines de champán
y otros delfines cobrando su rescate
a náufragos perdidos
sueña raptar a su amante.
Miran al cielo y piden un deseo:
contigo la noche más bella.
Amores imposibles
que escriben en canciones
el trazo de una estrella.
Cartas que nunca se envían.
Botellas que brillan
en el mar del olvido.
Nunca dejes de buscarme
la excusa más cobarde
es culpar al destino,
es culpar al destino.
1.- Al final de la película de la Colmena, basada en la obra de Camilo José Cela, uno de los personajes, homosexual, le dice a otro: Vamos al billar a ver posturitas...
2.- Clepsidra: reloj de agua
3.- Hurí: cada una de las mujeres bellísimas creadas, según los musulmanes, para compañeras de los bienaventurados en el paraíso.
4.- Chicas de Plan: En 1985, inspirados por la película Caravana de Mujeres protagonizada por Robert Taylor, los habitantes de la localidad oscense de Plan decidieron organizar su propia caravana de mujeres para tratar de acabar con la soltería de los mozos del lugar.[B][/B]

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