El dinero y la felicidad

El claro ejemplo de que una retirada a tiempo es una victoria.


En los últimos días se ha hablado del insólito caso de Javi Poves, un jugador de fútbol que debutó en la Liga a los 24 años para retirarse pocos meses después. No ha sido por culpa de las lesiones, sino porque no se siente parte de la estructura actual del mundo del fútbol profesional.

Mientras algunas personas aplauden su ejercicio de coherencia, otros critican la reflexión rebelde y pública en los medios de comunicación. No debe ser, a buen seguro, el único jugador que opine de forma similar pero sí el primero que ha decidido contarlo, parar ese mundo para bajarse y probar suerte en otro mejor para él. Los demás jugadores millonarios resuelven sus problemas de conciencia con donativos sinceros, actos benéficos, fotografías y autógrafos para niños.

Siempre he escuchado esa frase que el dinero no cambia a las personas sino que potencia lo que hay dentro de ellas. Sin duda, Javi Poves debe ser uno de esos jóvenes comprometidos con los problemas de la sociedad que tanta falta hacen hoy en día. Su ejemplo ha abierto un camino que deberían seguir aquellas personas que cada día vuelven a su casa sin sentirse satisfechas por el trabajo realizado, al margen del beneficio económico y la necesidad del mismo para pagar las facturas, con la excusa de que la vida está montada así.

Otra frase de esas que te acompañan toda la vida, también anónima, dice que con el dinero se puede comprar la cama, pero no el sueño, la comida pero no el apetito. Es cierto, porque en realidad la felicidad no está mucho más allá de esos ojos que te miran con ternura, las manos que regalan las caricias cuando te hacen falta o esa voz que se interesa por tus inquietudes de forma sincera y desinteresada. Todo lo demás es una felicidad efímera, una mera cuestión de épocas marcadas por la edad y sus caprichos.

Algunas personas empeñan su vida creyendo que pueden conseguir todo sin más esfuerzo que el dinero. El resto acostumbra a relacionar el amor, de forma inexorable, como única vía posible para obtener esa felicidad. Que cada uno reflexione y encuentre sus propias conclusiones, para tomar después las decisiones oportunas. Desde aquí felicito al ya ex jugador de fútbol, porque mantener la coherencia entre los pensamientos y los actos no es tarea fácil, sobre todo con 24 años y una vida económica plácida por delante.

http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/73551/el-dinero-y-la-felicidad

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