Tras más de una década de las descargas de música, películas y videojuegos por Internet, dentro de unos meses nacerá un nuevo modelo de policía en España: la Comisión de Propiedad Intelectual, cuyo objetivo será cerrar las páginas web que contengan enlaces de intercambio de archivos P2P.

El pasado martes un grupo de famosos intérpretes se manifestaba contra la piratería en Madrid. Lo hicieron bajo la consigna de que la música es cultura, y amparándose en los puestos de empleo que genera su industria, salieron a defender sus derechos no sólo como artistas, sino también como personas. Alguno de ellos llegó incluso a declarar, literalmente, que se están muriendo de hambre.

Lo más curioso es comprobar el verdadero problema de fondo: la gente no compra discos originales… pero sin embargo sí que acude a los conciertos y los buenos artistas, o los que se saben vender mejor, siempre llenan los recintos. ¿Cuál es el problema entonces, si tenemos en cuenta que los mayores ingresos de un cantante provienen de los conciertos, y no de la venta de discos?

El verdadero problema lo tienen las discográficas, no los artistas. Ellos se manifiestan porque son la cara pública, los que de alguna manera tienen que justificar con eufemismos como ‘nos estamos muriendo de hambre’ cuando en realidad quieren decir que sus jefes ya no puedan permitirse los lujos de antaño.

Bajo el miedo a que las discográficas dejen de publicar sus discos si no presionan para terminar con la piratería -¡qué ilusos!-, y por lo tanto no realizar ninguna gira por no tener nada nuevo que ofrecer al público, la mayoría de artistas sólo consiguen demostrar su falta de creatividad, a diferencia de otros artistas como el cantautor Manu Chao, que regala su último disco a través de su página web, o grupos internacionalmente conocidos como Coldplay, cuyo próximo disco también se podrá descargar gratuitamente.

Me pregunto si ellos también se mueren de hambre, o acaso tienen mejores planes de pensiones que los artistas que se manifestaron en Madrid el pasado martes. Tal vez simplemente sus necesidades son más básicas, o quizás han sabido adaptarse mejor a los nuevos tiempos, aprovechando el fenómeno de la piratería en lugar de combatirlo.

Porque no lo olvidemos, las discográficas son las que crean un producto pero son los usuarios, el cliente, los que pagan por él. En lugar de luchar contra el cliente, que entre la elección de consumir cultura o morirse de hambre decide descargar la música de forma gratuita por Internet, pero después acude a los conciertos pagando la entrada, tal vez los artistas deberían plantearse la opción de luchar contra las discográficas, o llegar a un entendimiento entre ellos para ofrecer nuevas formas –y más económicas- de llegar a los usuarios.

Es así, de forma inevitable, la única opción para que la industria de la música tal y como la conocemos hoy sobreviva. Porque el cliente siempre tiene la razón… o eso se decía antes, y aunque dentro de unos meses se acabe con las descargas P2P como hace una década se acabó con Napser, el pionero en las descargas de música, existen y existirán otras alternativas al P2P.

http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/49781

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