Camino a Roma

Es cierto aquello de que todos los caminos conducen a Roma. A veces los caminos son más largos de lo que debieran, como eso de ir dirección a Roma pasando primero por Munich y Londres. Pero casi siempre esos caminos merecen la pena, por alguna razón.

Hace un año por estas fechas estaba celebrando un cumpleaños con toda mi ilusión de una persona que pocos meses después desapareció de mi vida. Pocos días después celebraba el día de Sant Jordi, recibí un libro que no leí ni creo que lea, y regalé también una rosa. Días después comenzó un libro que ahora he terminado, con más preguntas y dudas que respuestas.

Cuando me despierto optimista, el 27 de mayo me imagino vestido de blaugrana por las calles de Roma, persiguiendo a la gente que persigue a otra gente hacía ningún lugar... aprovechando un descuído para perderme conmigo mismo y, quizás, con alguna italiana dispuesta a aprovecharse de mi apellido. Cuando me despierto pesimista, recuerdo que justo ese día me espera con los brazos abiertos Ibiza, con su atardecer y esa causalidad tomando un té conmigo disfrazada de casualidad.

Es curioso como el deporte (generalmente el fútbol) termina apropiándose de nuestra vida hasta tal punto que cobra una importancia superior a casi todo lo demás. Sobre todo en épocas de transición, cuando uno hace suyas las victorias si su equipo gana, y se identifica y justifica en las derrotas si su equipo pierde. A veces, incluso, uno disfruta mejor un madrugón de domingo por la mañana sudando la camiseta que un sábado por la noche... sudando.

De una forma u otra este mes de mayo será estupendo para mí. Encontraré una editorial interesada en mis libros o no, el Barça podrá ganar la Champions League o no, visitaré Roma o Ibiza (o incluso ambas), pero sobre todo, el 31 de mayo a las 23:59h quemaré una última vela, escribiré un último poema y meditaré, camino a cualquier otro lugar.

0 Comments:

Post a Comment



Entrada más reciente Entrada antigua Inicio

Blogger Template by Blogcrowds