No siempre están de acuerdo los labios y el corazón. (Pietro Metastasio)
Érase una playa, y en la playa estaba una mujer. La mujer tenía unos hermosos labios, sus labios hablaban pero era el silencio de su mirada el que se hacía entender.
Érase un coche, y en el coche dos adolescentes. Él tiraba la primera piedra, ella se dejaba querer.
Érase el séptimo cielo; incienso, velas y piedras. Los dos estaban nerviosos, el horno a punto de arder.
Érase una noche laborable, dos corazones delante de María Callas y una taza de té. ¿Quién se ha muerto por ir sin dormir una vez al trabajo?
De la noche a la mañana todo cambió, y fue a partir de entonces cuando empezó lo mejor de la relación.
1 Comment:
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
bss