“Me gusta cuando callas porque estás como ausente / Déjame que te hable también con tu silencio.” (Pablo Neruda)
Una mariposa se encontró a un elefante desorientado en la selva. Se acercó a él y sin mediar palabra se recostó sobre su oreja y le dijo: “¿Por qué no somos amigos tú y yo?
El elefante, que tenía una memoria prodigiosa, no tardó en recordarle que él, debido a su envergadura, no podía estar persiguiéndola constantemente por la selva como hacían los demás animales, en busca de su amistad o la captura de una presa más.
La mariposa se supo sorprendida. Enmudeció en un profundo silencio compartido con el elefante durante algunos minutos, hasta que de repente dijo: “No puedo quedarme más tiempo, debo marcharme.”
El elefante asentó, con cierta tristeza, no sin antes preguntar: “¿Y qué haremos ahora con la poesía?”
Buena pregunta, respondió la mariposa.
POEMA XV
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda.
Etiquetas: Cuento
2 Comments:
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Un abrazo.