Te quiero, pero tú todavía no lo sabes.
Te quiero, aunque ni yo mismo sé lo que quiero.
Te quiero, pero somos amigos; si me declaro y me rechazas ya nada volverá a ser lo mismo. Por eso es preferible deprimirse entre la duda y el falso rechazo, aún creyéndose correspondido, manteniendo el contacto con una amistad que realmente no es tal, pero aparentemente es mejor que la realidad.
Me lanzo al vacío...
Me quieres, y yo todavía no me lo creo.
Me quieres, y de repente eres la mujer de mi vida y yo resulto ser el hombre de tu vida.
Nos queremos.
Nos amamos constantemente hasta darnos cuenta que lo único que tenemos en común es la necesidad de cariño.
Te quiero y me quieres,
pero sólo el tiempo es capaz de conseguir que olvidemos eso con una escalofriante facilidad.
Etiquetas: Reflexiones
0 Comments:
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio