Me parece una auténtica vergüenza, sin ánimo alguno de defender al Gobierno, cómo los sindicatos están usando todo tipo de artimañas para evitar que el mayor número de personas no acudan a su puesto de trabajo, que no es lo mismo que el mayor número de personas acudan a la huelga que han convocado. Es triste que esas personas que quieren ir a trabajar, que lo necesitan, no van a poder hacerlo porque el transporte tendrá unos servicios mínimos indecentes, y hasta se ha tratado de chantajear, literalmente, a los abuelos para que ese día no cuiden a sus nietos, para dejar en casa a los padres de familia.
No voy a entrar en si esta huelga es necesaria o no, pero sí quiero denunciar cómo se está negando el derecho a trabajar a las personas que no desean secundar la huelga, por el motivo que cada uno tenga. No hay que olvidar que la solidaridad
es algo que uno elige de forma voluntaria y no se debe exigir; por algo presumimos de convivir en una democracia. También habría que ponerse en el lugar de esas personas que tienen un contrato temporal, o que sencillamente no se pueden permitir dejar de cobrar un día. Incluso habría que respetar a aquellos que sencillamente no están de acuerdo con la huelga y tendrán que sufrir la tradicional violencia de los piquetes, que en muchas ocasiones no tienen nada de 'sólo informativos'.
Etiquetas: política, Reflexiones, sociedad
1 Comment:
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- La terrible Fifi said...
30 de septiembre de 2010, 23:44Es muy triste que la gente que convoca la huelga para luchar por sus derechos y no dejen a la gente que quiere trabajar ejercer los suyos
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