Puente aéreo

Hoy viernes aterrizo de nuevo en Madrid. Lo hago en una ciudad en pie de guerra, en cuando a la política y el fútbol. Este sábado se disputa el Atlético-R. Madrid, y en los dos últimos días se ha disputado en lo político el Ruiz-Gallardón-Esperanza Aguirre. En condiciones normales el fútbol manda, pero los tiempos están cambiando.

Es la primera vez que visito Madrid por segunda vez en apenas un mes. Lo hice en diciembre, lo hago ahora y ya tengo el vuelo reservado para febrero. Por ahora sólo son escapadas de fines de semana, pero a partir de marzo empezaré a ir una semana entera, luego dos, y cuando me quiera dar cuenta estaré viviendo ahí. Hay que ir tanteando el terreno, conocer gente y mantener las amistades que voy haciendo. Este año pienso cumplir el viejo sueño de la capital.

Por algún motivo que desconozco, Madrid me inspira especialmente. No sólo a la hora de escribir, sino al vivir en sí. Cuando llego al caos de Barajas, a las interminables escaleras mecánicas que nunca llegan al metro, me siento como en casa. Pero en una casa que todavía no disfrutado, un lugar que aún tiene que llegar.

En diciembre estuve tres días y tenía mucha gente con la que repartir mi tiempo. No pude visitar el Retiro, pero va a ser lo primero que haga en esta ocasión. Espero que el tiempo me acompañe, y pueda pasarme una tarde entera paseando, escuchando a los artistas que ahí tocan, o simplemente terminar el libro que estoy leyendo.

Y por supuesto, esta vez no me pierdo las anchoas de Tomás, de la taberna en la Calle Tabernillas. El sábado estaré puntualmente en la barra tomando unos vinos, y espero que aún le quede algún ejemplar del libro que ha escrito y tiene ya a la venta. Recomendación de Rodolfo Serrano, nada menos.

Así pues, se avecinan días felices, como siempre que estoy en Madrid, con más o menos gente. Tengo que estirar este mes de enero que, sin darme cuenta, se me escapa al pasar ya su ecuador. En breve viajaré a Malta, mi último destino hasta que pase el frío. Hasta que llegue la primavera, y con ella nuevos viajes y también dos nuevos libros en mi humilde bibliografía.

Buen fin de semana a todos!

1 Comment:

  1. Paseando por tu nube said...
    Curioso, yo que vivo a 40 km. de Madrid casi lo visito menos que tú, y mira que soy una enamorada de mi querida ciudad, aunque cada vez que bajo (desde la sierra) me siento mas provinciana, siento el típico amor-odio, amo sus calles, sus barrios de siempre (menos los nuevos que parecen colmenas), soy una incondicional del Rastro y comparto tu gusto por la Taberna de Tomás.
    Pero, ay! amigo, toda ese encanto a veces lo enturbia el caos de tráfico, la cada vez mayor inseguridad que se vive... y otras cositas que, como leo vas a terminar por estos lares, mejor que tu las vayas descubriendo.
    Pero con todo lo que pueda haber de negativo, mmm Madrid es Madrid y sigue siendo especial, maravilloso... y mas y mas
    No seguiré enrrollandome, un saludo y disfruta de tus estancias cortas y largas.

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